En casos más severos de dolor lumbar refractarios a tratamientos menos invasivos (medicación, reposo, ejercicio, infiltraciones) y de caracter crónico se recurre a la fijación lumbar.
Esta consiste en inmovilizar de forma quirúrgica el segmento de la columna donde se origina el dolor, mediante la utilización de tornillos de fijación, barras, insertos intersomáticos y aporte de injerto óseo.
El objetivo fundamental es inmovilizar de forma definitiva el segmento de la columna donde se origina dolor con el movimiento o determinadas posturas.
- Esto puede ser necesario porque dicho segmento sea inestable, es decir, que los elementos que lo componen no logran mantener las vértebras en su posición durante los movimientos.
- También puede ser necesario porque estas vértebras estén desplazadas o en mala posición, lo que también ocasiona dolor.
- Además, la artrosis, la discopatía y otras patologías inflamatorias del raquis también se ven agravadas con los movimientos siendo preciso en ocasiones recurrir a inmovilizar de forma quirúrgica el segmento afectado.
- Por último, determinadas fracturas también conducen a inestabilidad vertebral y precisan también ser fijadas.