Cuando los problemas articulares no responden adecuadamente a un tratamiento médico y funcional correcto, puede ser preciso recurrir a la cirugía o a tratamientos invasivos percutáneos que ayuden a corregir la patología que ocasiona un déficit funcional más o menos severo.

Los tratamientos invasivos o miniinvasivos percutáneos.

Se trata de inyecciones raquídeas, infiltraciones, aplicación de radiofrecuencia, etc. En el raquis lumbar los más frecuentes son:

• Infiltraciones facetarias y rizolisis por radiofrecuencia: para el tratamiento de la artrosis de las 'facetas articulares posteriores'.
• Infiltraciones epidurales, caudales y radiculares: útiles en el tratamiento del dolor radicular, que se manifiesta por dolor a lo largo del trayecto que sigue la raíz de un nervio por el brazo o la pierna, como en la ciática.
• Inyecciones de 'cemento' en una vertebra con fractura osteoporótica. Se conoce como vertebroplastia o cifoplastia, y es útil cuando se ha producido una fractura o colapso de una vértebra debido a la fragilidad ósea consecuencia de la osteoporosis.

La cirugía.

• Cirugía de la Hernia Discal. Con el fin de mejorar la ciatalgia o braquialgia que ocasiona la compresión de una raíz nerviosa por un fragmento del núcleo discal que se ha 'herniado', esto es, se ha desplazado del centro del disco hacia su exterior y contacta y comprime las estructuras nerviosas adyacentes.
• Cirugía de las lesiones degenerativas del raquis. Cuando la artrosis y la degeneración del discon intervertebral ocasiona dolor severo refractario a tratamiento sintomático y rehabilitador, puede recurrirse a la estabilización y fijación vertebral, con el fin de evitar el movimiento de un segmento de la columna donde se origina el dolor.
• Cirugía de las deformidades raquídeas. Determinadas deformidades de la columna de origen juvenil o secundarias a fracturas y otras lesiones en epocas más tardías, precisan ser corregidas mediante la cirugía para prevenir daños posteriores o mejorar el dolor y la cosmesis.